El fantasma de Malova en Guerrero
Roberto Camps
La postulación del alcalde Manuel Añorve Baños como candidato del PRI a gobernador dejó a ese instituto político al borde de una fractura, tal y como ocurrió en Sinaloa con Mario López Valdez (Malova). Y es que la designación del alcalde de Acapulco, lograda mediante mecanismos que no se hicieron públicos pero que se refirieron a ellos como "estudios", fue descrito por el hombre de confianza de Ángel Aguirre Rivero, el diputado federal Sofío Ramírez, como una imposición en la que "no hubo respeto a la militancia, a la sociedad, a la ciudadanía guerrerense ni a los valores esenciales de la política", La semana previa al anuncio fue de filtraciones de falsas encuestas y trascendidos de supuestas negociaciones en una rudeza política innecesaria, erosionaron la imagen política del senador Ángel Aguirre Rivero, a quien se le exhibió a nivel estado y en medios de la capital del país, como un negociador de su propia fortaleza y presencia en Guerrero, donde habría pedido la senaduría para su hijo, alcaldías, diputaciones y cargos públicos.
Incluso el día la reunión de los precandidatos con la dirigente nacional Beatriz Paredes Rangel, manchó nuevamente el escenario priista, pues en medios escritos y a través de llamadas a la radio, se adelantaba que la decisión estaba tomada a favor del ometepequénse. La reunión con Beatriz Paredes se prolongó durante una hora y media en la sede del CEN del PRI; en ella estuvieron presentes los precandidatos Héctor Astudillo y Héctor Vicario, además de los ex gobernadores Juárez Cisneros, Rubén Figueroa Alcocer e Israel Nogueda Otero, quienes respaldaron la aspiración de Añorve Baños. Estuvieron además el coordinador de los diputados federales, Cuauhtémoc Salgado, y el presidente estatal, Efrén Leyva Acevedo. También participó el secretario general del CEN, Jesús Murillo Karam; el secretario general de la CNOP, Emilio Gamboa Patrón y un representante de la CTM. Fue por demás evidente que la aplanadora de los exgobernadores respaldó al alcalde de Acapulco, (cercano también a la dirigente nacional priista) y pese a que en las últimas semanas el senador Aguirre mostró una gran fortaleza en los sondeos que circularon, algunos falsos pero otros ciertos, la decisión ya estaba tomada a favor de Añorve.
De manera extraña, Manuel Añorve fue vocero de sí mismo ante los peridístas de Guerrero que acudieron a cubrir esta trascendental reunión. Y con la notoria ausencia de Beatriz Paredes Rangel, Ángel Aguirre Rivero y Mario Moreno Arcos, el alcalde de Acapulco dio a conocer el resultado de la plática sostenida momentos antes. Estas ausencias eran los primeros síntomas de que algo no marchaba bien. Y aún cuando en las horas y días siguientes se montó una estrategia de control de daños, donde incluso el diputado Héctor Vicario llamaba enemigos del PRI a quienes sospechaban de una ruptura, y aseguraba que los priistas salían unidos de este trance, la ausencia y el silencio del senador Aguirre Rivero, así como la postura que emitió su vocero, Sofío Ramírez, confirmaron que el proceso se encuentra atorado en medio de la inconformidad de los aguirrístas. El diputado aguirrista, en declaraciones a La Jornada Guerrero, prendió los focos rojos en el cuartel añorvista al advertir que "el proyecto del senador sigue hacia adelante" pues "está arropado por la sociedad civil" y ésta "no hará la transportación de su voto en el sentido del partido, sino de la persona".
En la forma de definir al abanderado, dijo, no hubo "ni consenso, ni diálogo, ni voluntad política". El legislador refirió que "no hubo fotografía de unidad, como hace ocho días, y eso también deja muchas lecturas". El legislador acusó que los añorvistas "fueron demasiado lejos en hacer señalamientos irresponsables hacia el senador de que había negociado cargos; lo negamos rotundamente, y lamentamos que estos señalamientos hayan tenido su origen en los pasillos de la perversidad". Afirmó que el proyecto de Aguirre va a continuar con el apoyo de la sociedad civil, y que ahora ningún partido puede ganar con el voto duro. "Nosotros vamos a seguir trabajando; ya se está elaborando la agenda de trabajo. El proyecto de Aguirre sigue adelante". Ramírez Hernández dijo que los aguirristas "no tenemos que reconocer lo que no elegimos nosotros" al responder a la pregunta de si reconocían o no a Añorve como candidato.
El legislador también rechazó "contundentemente" que hayan solicitado puestos, y afirmó que tras la nominación, "no aceptaremos ningún cargo, ni de comisario". Aunque declinó en entrar en detalles de si dialogarían con otros partidos, precisó que en el PRI la unión "se rompió desde el momento en que se empezaron a filtrar información de que se habían negociado". La venganza es un plato que se sirve frío, reza un clásico, y el silencio del senador Ángel Aguirre hasta ahora es una postura sumamente gélida, que contrasta con las declaraciones de Sofío Ramírez. Es el preludio de una revancha en las urnas, tal y como ocurrió en Sinaloa con Malova (quien se dice, fue apoyado en su aventura nada menos que por Enrique Peña Nieto). Esto, y la alianza opositora, configuran el peor escenario del PRI para la campaña por la gubernatura de Guerrero, por ello, que la operación para cicatrizar las heridas y la una renegociación esta vez sí discreta, que emprenderá Manuel Añorve sin duda en los próximos días, son los primeros pasos que tendrá que dar para llevar al PRI camino a Casa Guerrero.
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