Educación de calidad con vocación
Emilio Nahín Rojas Madero
Hace varios siglos que las culturas del mundo se han dado a la tarea de estructuras modelos educativos eficientes y de calidad para hacer a la sociedad más competitiva en el ámbito laboral, pero en muchas otras ocasiones tan solo con el fin de experimentar y con ello contaminar a otras naciones para que no se desarrollen correctamente. Y ese fin fundamental lo enarbola el neoliberalismo mediante su tan famosa globalización, contaminando al mundo con sus mecanismos mediocres que en eso mismo convierten a los pueblos que las asimilan. Norteamericanos, alemanes, griegos fueron los primeros en colocar el programa de enseñanza a distancia o a través de la TV. Lamentablemente un televisor no pudo competir contra la necesidad del estudiantado de tener a un sinodal del que adquirieran el conocimiento de viva voz. Al que le pudieran hacer saber sus dudas de manera directa y el resultado de este mecanismo fue la ineptitud del alumnado. Por tal razón estas naciones decidieron regresar al modelo convencional de vinculo “profesor – alumno”; mas sin embargo, han bombardeado con discursos ficticios a otros países como México de que este modelo entre otros, es muy eficaz.
Otra de las sandeces que se han vertido es que una escuela bien equipada y amueblada o acondicionada, es síntoma de calidad educativa, en pocas palabras “escuela modernizada”. También tenemos el mito de que una institución con un plan de estudios similar al de otras universidades del mundo, pueden generar una educación de calidad, sin considerar que la planta docente es incompetente en dichas asignaturas y que si aceptan impartir la materia aun en contra de su ineptitud, es por el simple hecho de poder tener el empleo que les deje de comer, sin importar que le vean la cara al alumno y lo mal preparen en lo profesional. Es por ello que muchos de nuestros profesores, durante la clase solo se la pasan platicando de su infancia, de su mascota, viajes y hasta de sus abuelitas, en el peor de los casos convierten su clase en la hora del “casino” ya que en las butacas o el escritorio, los alumnos dejan ver sus potencialidades en el juego de naipes, domino, barajas o ajedrez como si fueran tema de examen en la asignatura a tratar. Al final de cuentas el que se pinte una escuela, se le dote de infraestructura de primera calidad o se le equipe con Lap Top´s y proyector o se le estructure un plan de estudios, mucho mejor que los de la escuela de Herbart ello no garantiza una educación de calidad.
Esto solo pone a las instituciones educativas a merced del neoliberalismo, estas universidades se convierten en simples elefantes blancos. Perfectas para que mediante un decretazo presidencial, pasen a manos del capital privado como colegios, gracias a las ineficiencias. Y ello les pasara a todos esos servicios públicos que en la actualidad están siendo “modernizados”; así pues, bien podemos decir que –“Modernidad es sinónimo de privatización”–. Caso muy concreto es el que vive constantemente la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); la cual, por mas resultados que genera y por más reconocimientos que recibe hasta del extranjero como el “Premio Príncipe de Asturias”; aquí en su patria, el gobierno federal en turno, así como senadores y diputados de la extracción partidista en el poder (PAN), la consideran como ineficiente. Como un simple elefante blanco y que en sus áreas geográficas se deberían de construir hoteles, centros comerciales, áreas de esparcimiento, entre otros giros para generar recursos económicos. Si aun con todos sus logros, los enemigos de la educación la quieres privatizar ¿Qué puede esperar nuestras escuelas públicas e ineficientes?
Pero ¿Cuál seria el mejor modelo para contar con excelentes profesionistas? La infraestructura es buena, el equipamiento también, los planes de estudio pero con decanos afines a las asignaturas haría otro tanto en el alcance de la calidad educativa. Mas sin embargo, hace falta otro elemento muy fundamental en este proyecto. ¿Cuántos doctores se encuentran atrapados en el cuerpo de un enfermero por que no pudieron estudian medicina? ¿Cuantos abogados optaron por ser economistas o sociólogos y psicólogos por tal de no perder el año? Y no solo por los mediocres consejos de los padres que obligan al hijo a desempeñar una carrera que no aman, tan solo porque quieren ver sus sueños frustrados, frustrando los de sus sucesores o por la simple condiciones económicas y por tal razón tenemos malos profesionistas, médicos que dejan morir a sus pacientes, edificios que se derrumban, empresas que se van a la quiebra por malos administradores, tenemos profesionistas que son un peligro para la sociedad.
El elemento que hace falta para tener una educación de calidad es la “vocación” y existen instituciones en México como los CENDI´s, que en muchos de los caso se encuentran en manos del único instituto político del Partido del Trabajo y cuya función de estos no solo es el de funcionar como simples guarderías, sino la de institutos que focalizan en los niños a su temprana edad, la profesión que mas les agrada y la condicionan, los apoyan para que la desarrollen y cuando éstos alcancen su madures, sean los mejores profesionistas. Lo que faltaría arreglar seria el caso de los salarios, en el que los hombres y mujeres ganes el mismo sueldo por realizar cualquier profesión. Para que no tengan la excusa de ejercer una carrera por ser mucho más redituable, porque caeríamos en el mismo fracaso. Existen países en los que ya se realiza este sistema, lamentablemente el hombre no se siente satisfecho, ya que detesta matarse tanto en la educación como para que alguien con una profesión menos “laboriosa” en su instrucción académica gane lo mismo que él, desde su “cosmovisión” pero este aspecto no tiene nada que ver con la ineficiencia de políticas salariales, sino de mero ego humano conocido como “envidia”.
Este sería el único “pero” en la problemática planteada; mas sin embargo, gracias a la proliferación de estos CENDI´s en todo el país, fomentando la vocación, contaríamos con profesionistas de calidad, individuos que amen su trabajo y que por lo tanto le entregaran buenos resultados a la sociedad a la cual están para servir.
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