El rival más débil ¿Cuánto cuesta?
Roberto Camps Cortés
Con la inclusión de José Guadalupe Caracheo, Roberto Álvarez Heredia, David Guzmán, Arturo Solís Heredia, Héctor Apreza Patrón en su equipo de comunicación, y con la designación de José Luis Ávila Sánchez como alcalde en Acapulco, la campaña de Manuel Añorve Baños se vuelve interesante, porque se fortalece. Yo he tratado al menos a Roberto Álvarez Heredia y Caracheo y les reconozco tablas en su trabajo. De Héctor Apreza su trabajo político lo recomienda; de Arturo Solís no le conozco en campaña política, sólo en su paso por RTG donde al final dejó algunas dudas en el gremio, al igual que Caracheo debo decir. de David Guzmán no puedo decir mucho, sólo que es amiguero y bastante franco, lo cual pues son fortalezas. De José Luis Ávila su trayectoria política y oficio político no dejan duda que sacará bien la encomienda que le han dado.
Al consolidarse el equipo de comunicación con cuadros inteligentes, se puede esperar que la campaña de Añorve Baños dé un giro, porque los errores de comunicación que han cometido a lo largo de semanas, desde los días previos al anuncio de su candidatura en la ciudad de México, estaban erosionando gravemente la imagen del ometepequense. La filtración de la decisión de los grupos de poder en el PRI a favor de Añorve un día antes de la reunión con Beatriz Paredes, convirtieron este cónclave en un trámite innecesario pero amargo para el ex gobernador; y la supuesta negociación con el entonces priista Aguirre, fueron para éste un trato de rudeza extrema, que sin duda alteró el espíritu combativo del mentor de Manuel Añorve, e hicieron prácticamente un asunto de orgullo personal demostrar su fuerza política como ahora lo hace, con el apoyo de los grupos de izquierda, y próximamente PAN y PANAL.
Las malas salidas comunicacionales no se pueden reparar, y se convierten en graves errores políticos. Con la salida de Ángel Aguirre, siguió la estridencia en la comunicación de Añorve, reflejada en las mantas colocadas en las regiones de Guerrero, lo cual fue calificado de inmediato como el inicio de una guerra sucia y mal presagio para la campaña electoral. Decía en un artículo anterior que la discusión sobre traiciones y lealtades no era mala, sólo que los canales que escogieron para comunicarse, sobre todo con las militancias priistas y perredistas, impactaron negativamente en el sector de los indecisos, de la gente sin filiación partidista, que confirmaron cómo los políticos actúan con rudeza, y que en política todo se vale. El equipo de comunicación de Añorve y el propio candidato, saben que tienen que lidiar con la percepción de que su candidatura se debilitó con la fractura, y que Aguirre en contraste, se ha consolidado y parece irse solo hacia casa Guerrero con el apoyo de cinco partidos.
En ambas campañas veremos, cómo las estrategias para contrastar discurso y hechos de los aspirantes, pondrán el acento en las debilidades de uno y otro, lo que nos lleva a preguntar: ¿quién es el rival más débil? Ambos pueden ser medidos por sus resultados en el ejercicio de gobierno. Por sus buenos y malos resultados. Por otro lado, las propuestas que hacen desde ahora, nos permiten analizar la visión que tienen sobre el ejercicio de poder. Por lo pronto Ángel Aguirre cayó parado en Chilpancingo con las propuestas que hizo el pasado domingo, de encauzar el rio Huacapa y promover la llegada del metrobús, y la construcción de un estacionamiento subterráneo en el mercado Baltazar Leyva Mancilla, mientras lo vapulean, él no se engancha y propone. Buen inicio.
Sin embargo tiene ante sí el reto de identificarse en el discurso y la propuesta, con la coalición de partidos que lo apoya, mayoritariamente de izquierda, pero Aguirre todavía tiene el acento priista; no podría exigírsele que cambie radicalmente su estilo, pero sí que se reinvente a sí mismo y asuma su nueva condición, y que hibridice sus mensajes. Añorve por su parte arrancó picando el orgullo de las militancias perredistas y priistas de manera consistente; ha enviado mensajes a los campesinos de Guerrero, al ofrecer que regalará el fertilizante. Añorve desde el inicio tiene el propósito de rebasar a la coalición Guerrero nos une por la izquierda, como lo confirma la mención que hizo en una entrevista que le hizo el periodista Enrique Silva, en ese noticiero Añorve hizo alusión al Estado de Bienestar, un concepto de nulo uso en la clase política de Guerrero, pero que a nivel nacional tiene como referente a Andrés Manuel López Obrador.
El discurso de Manuel Añorve ha sido provocador hasta ahora, dicen algunos expertos en marketing que el elector no es un sujeto racional, y recomiendan comunicarse con él emocionalmente. Este podría ser el tono de las campañas, el cual yo no comparto del todo. Ese fue el tono que utilizó Zeferino Torreblanca en su campaña por la gubernatura. Zeferino casi no proponía, no se comprometía, pero si arengaba en los guerrerenses el sentimiento anti PRI, revolvía los agravios anidados durante décadas en la mayoría marginada de este suelo suriano.
No coincido con Octavio Navarrete Gorjón quien asegura que la elección de enero de 2011 no tendrá implícita una evaluación para Zeferino Torreblanca. Más bien creo que el candidato que sepa entender y valorar los aportes de la administración zeferinista, el que se comprometa a respetarlos, darles continuidad, incluso mejorarlos, habrá puesto una llanta al vehículo que lo llevará a Casa Guerrero.
Dejar de reconocer los cambios estructurales de la administración zeferinista sería miope. Es cierto, no atacó muchos problemas, deja saldos de claroscuros como él mismo lo reconoce, pero creo sinceramente que Guerrero avanzó en la medida de lo posible. Ya lo dijo un ex gobernador, Guerrero no es Disneylandia, ni lo será en el corto periodo de seis años. Romper con el legado de Torreblanca Galindo, equivaldría a volver al pasado. Y así como se va a evaluar en las campañas a Torreblanca Galindo, también ocurrirá con el periodo o los periodos de Manuel Añorve en Acapulco. Esto será interesante sin duda. PRI-Verde y la coalición Guerrero nos une, sí serán impactados por los resultados de ambos ejercicios de gobierno. Por último, habrá que estar atentos a que las campañas no sea conviertan en un torneo de propuestas y sueños guajiros. Tendremos que tener calculadora en manos para contabilizar cuánto cuestan las propuestas de obra pública y programas que ya empiezan a hacernos. Yo creo que ya estamos hastiados de campañas insensatas, que prometen lo que saben bien, no van a cumplir.
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