martes, 21 de diciembre de 2010

EL CINTURÓN DE CASTIDAD POLÍTICA

Fecha de publicación:

Acapulco de Juárez 21 Diciembre 2010


Dir. Revista Virtual LEMA Universitario:

Emilio Nahín Rojas Madero

“Mi vida por una mejor nación”



El cinturón de castidad política

Emilio Nahín Rojas Madero

“Mi vida por una mejor Nación”


En lo que va del proceso electoral vigente en es Estado de Guerrero, los únicos tres contendientes por la silla de la entidad suriana han comenzado a perfilar sus posiciones entre los electores. Por un lado tenemos a uno que no es otra cosa que un títere manipulado por los preceptos que le establecen los poderosos sin importar que éstos le resten votos a su campaña. Aunado al hecho de que los asesores con que cuenta, son los mas mediocres en estrategia electoral y política. Pues hasta hoy ése candidato se atrevió a reclamar una propuesta propia del instituto que lo abandera; pero que lamentablemente el “Chuky pirata” la ha andado pregonando como suya y como muchas otras; que ni están dentro de las facultades de un gobernador. Pero como en campaña, el chiste es prometer; inventan y decir cada tontería con tal de ganar; se vale.


También en este proceso electoral se ha denotado muy bien que hay candidatos con la capacidad de “nigromantes” pues hasta han llegado ha presumir que las propuestas de López Obrador fueron producto de sus capacidades intelectuales y que lamentablemente es AMLO quien pretende pirateárselas y llevarse el crédito por sus “investigaciones”. Tal pareciera que uno ha entrado en un mundo raro al escuchar esas declaraciones o tal vez también son candidatos que se inyectan esa misma sustancia que ingirió Carlos Salinas de Gortari, cuando fue entrevistado en el programa de Shalalá; expresando frases como –“Solo el pueblo unido puede cambiar a México”– escuchándose muy Lopezobradorísta. Cuando fue uno de los hombres en contra de que los pueblos se organizaran y atentaba flagrantemente en contra de los movimientos sociales, dispersándolos con el uso de la fuerza publica.


Existe un candidatillo; que no solo ha sido perjudicado por apropiarse de obras que no son suyas, obras financiadas con recurso federal (PAN) y que ya de por sí han demostrado sus imperfecciones viales y arquitectónicas. También se han atrevido a expresar en los diversos medios de comunicación una serie de propuestas, donde tal pareciera que quienes las diseñaron se encontraban en ése preciso momento, en que practicaban un viaje con hongos alucinógenos; por su falta de sustentabilidad científica. Pero es normal, ya que muchos de los coordinadores y asesores de campaña, siguen con las mismas técnicas del pasado; tratando al elector de penitente o de niños inocentes como ya lo dijera Héctor Nájera durante su noticiero en la radio.


Y luego para consolidar su “estupenda” capacidad intelectual, caen en la clásica guerra de encuestas; esas que están a favor de quien las paga. Cuando la mejor encuesta es la que se hace en ese entorno social, en el taxi, la lonchería, la miscelánea, en la escuela, oficina, esa encuesta en la que el elector es de carne y hueso; donde los números verdaderamente no mienten. Y encontramos respuestas como que –“Ocho de cada diez taxistas le mienta su día diez de Mayo a ése o aquél candidato; que nueve de cada diez locatarios le detestan por ser cómplice de extorsionadores, que con cinismo tienen el descaro de acompañarlo en sus actos proselitistas o que de cada cuarenta y cinco asientos que tiene un urbano, tan solo diez espacios son ocupados para ir a sus mítines; lo que nos viene arrojando un resultado total de un dieciocho porciento de preferencia en todo el Estado”- Ha pero saben, aquí en el juego de la silla todos los candidatos van ganando.


Existe otro cinturón que puede golpear fuertemente la consumación de un proyecto electoral y es el celo político. Ése que emana del propio entorno del candidato, de la propia familia y que lo mantiene aislado del electorado. Podrá dar el más bello discurso del mundo, contar con ése carisma; pero no cuenta con información fidedigna de su entorno social. Pues sus colaboradores por tal de asegurar su espacio o empleo, solo buscan en el electorado su voto y que se vayan a dormir, pero los corren cuando éstos pretenden participar; integrándose a los trabajos de campaña. Eso también provoca el rompimiento interno de las alianzas y los conflictos con los partidos que la integran. Me pregunto cuándo despertaran estos candidatos y se darán cuenta de que su peor enemigo, el que les puede hacer perder, duerme en su propia casa.


El hecho de que el candidato sea un títere; le respalden asociaciones civiles con malas mañas e historiales; que sus propuestas sean incoherentes o que a sus propios familiares le cerquen el acercamiento con la gente son esos cinturones de castidad política que impiden llevar un paso firme rumbo a la consumación de los proyectos. Son como los embudos, pues solo buscan ser apoyados; llevados al poder, pero no garantizan la retribución. Tal ves el error esta en que creen que al sentarse con las cúpulas, con los lideres vecinales o de colonia, ya existe garantizara de una marea de sufragios y con ello creen que al comprar al líder, éste ya convenció a sus seguidores, para volcarse sobre un proyecto determinado; dejándoles en su idiosincrasia que el trabajo político ya esta hecho y que las masas esparcidas, no tienen mayor importancia. Este proceso electoral que estamos viviendo en Guerrero; será el laboratorio donde se probará que el pueblo evoluciono.


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