jueves, 1 de abril de 2010

¿QUÉ REPRESENTA ROGELIO ORTEGA Y SU GFU?

Fecha de Publicación:
Acapulco de Juárez Gro. Méx. a 1 de Abril del 2010
Publicado por el corresponsal de diario LEMA universitario:
Emilio Nahín Rojas Madero
"Mi vida por una mejor Nación"
¿Qué representa Rogelio Ortega y su GFU?
Por El cazador
Platicando con El Dr. Ortega conocí a “El Doc. Rogelio” cariñoso apodo que le han asignado muchos de sus alumnos ante su evidente y alimentada imagen de brillante académico, de simpatizante guerrillero y esa aura de misticismo revolucionario de la que se hace envolver frente a sus pupilos. En aquella ocasión adornaba su escritorio una foto en la que aparecían él y el ex secretario de relaciones exteriores Jorge Castañeda (de quien se ha dicho fue espía cubano del régimen comunista de la isla caribeña en los años de 1979 a 1985 según un legajo de la extinta Dirección Federal de Seguridad). Rogelio Ortega es licenciado en Sociología por la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), obtuvo el grado de Maestría y Doctorado “con los más altos honores”, como él menciona, por la Universidad Complutense de Madrid. Hombre cordial, de hablar pausado y con un aire de honestidad e integridad que cautiva, se dice de él que combatió en las huestes del mítico guerrillero Lucio Cabañas. Ortega ha proclamado que sus líneas a seguir como potencial Rector serían la democracia, las calidad académica, la reconstrucción de la Universidad de Guerrero al grado de parecer proponer su purificación más que su mejora, la universidad del siglo XXI, la oportunidad irrestricta de los integrantes de las preparatorias oficiales de la universidad al acceso a la licenciatura.

Decidí ver si su actuar en su feudo, el Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados (IIEPA), se cumplían sus promesas y podría ser tomado como el ejemplo de la mencionada nueva universidad y confirmar de esta forma si confirmaban o desmentían sus propuestas de campaña. Lejos de la democracia, el joven IIEPA ha tenido, en un sentido amplio, dos sucesiones de director y, en la práctica, solamente una. Sin una reglamentación adecuada, clara y transparente sobre la elección de sucesores a director resulta incongruente y grosera la forma en que se han instalado en la dirección del instituto. Con el título de “directora fundadora” la primera en ocupar el primer puesto fue la Dra. Rosa Iséla Ojeda Rivera, proclamada feminista en intelectual guerrerense, tras el término de su periodo el que llego a ocupar la dirección fue el Dr. Ortega. Es necesario mencionar que el Dr. Ortega y la Dra. Ojeda sostienen una relación marital de hace varios años, misma que lleva a pensar, sin menospreciar los meritos académicos y políticos de ambos, que es un cínico nepotismo la forma de manejar el timón del IIEPA. Más allá de la cínica obviedad en las sucesiones de director en el feudo rogelista, tras pedir su licencia para dedicarse de tiempo completo a su tercera campaña a la rectoría quedó como encargada de dirigir el IIEPA ¡¡La misma ex-directora, la Dra. Rosa Iséla Ojeda!! No se sabe a ciencia cierta cuál fue el mecanismo para elegirla, no se sabe ni siquiera si existe un mecanismo determinado para estas cuestiones, y eso explica la facilidad del Dr. Ortega para descalificar al comité electoral, para descalificar a las instituciones de la UAG encargadas de llevar el proceso, la sencillez con la que amenaza paralizar la universidad, explica la facilidad para amenazar con solicitar la intromisión de instituciones ajenas a la universidad como el Instituto Electoral del Estado de Guerrero (IIEG), aún en decaimiento de la autonomía universitaria que tanto pelearon ilustres personajes de izquierda. Para Ortega y su gente la legalidad parece no importar, pareciendo aludir con su comportamiento a una rancia visión marxista del derecho, un arma de los fuertes para someter a los débiles, en este caso una supuesta superestructura a favor del Rector Arturo Contreras y sus “perversos fines”. Para las huestes rogelianas todo parece ser falso, amañado, oscuro y oficialista en cuanto no le favorezca a su candidato, lo importante es la causa, la oposición por la oposición misma, aún a costa de la institucionalidad y el nombre de las instituciones electorales de la UAG. Rogelio afirma que los integrantes del comité no tienen “calidad moral” para integrar y emitir el dictamen que del triunfo al candidato electo, para él lo importante es la “calidad moral”, no la capacidad legal que puedan tener esos colegiados, no la representatividad que hacen esos colegiados, lo importante es manchar lo que no esté a su favor, aplicando la vieja táctica de política sucia que reza “calumnia, que algo quedará”.

El actuar metainstitucional que Rogelio está usando en su más que virtual derrota es parecido al que utilizan en el IIEPA, lo importante parece ser la causa, su causa, no la claridad e institucionalidad que merece cualquier institución de educación pública no sólo en Guerrero, sino en el país. Como ejemplo más raso, me contó un estudiante del IIEPA que existe la figura dentro de la institución de los “no matriculados” que son alumnos que al no inscribirse en tiempo y forma se les otorga la oportunidad de estudiar a manera de oyente (y pagando su respectiva cuota como cualquier otro, por supuesto) y al siguiente año se le matriculará, se le respetará el tiempo estudiado. No importa que formalmente el oyente no pertenezca a la UAG, no importa la falta de acceso a servicios que ofrece a universidad, no importa que sea un cobro ilegal el que se le hace, ya que ni siquiera está inscrito y parece emular el sistema privado en que se cobra un servicio como cualquier otro más, olvidando que el IIEPA, con todos los pretextos que se puedan poner para excusar esas cuotas, es una institución pública y debe respetar tal condición.

La calidad académica del IIEPA resulta muy cuestionable, utilizan lo que ellos denominan el “método semiescolarizado” que consiste en llevar una materia mensualmente, y con la posibilidad de cambiar al sistema abierto sabatino a voluntad del alumno, una flexibilidad que perturba y que pone en tela de juicio la seriedad del sistema iiepano, mismo intercambio de sistemas que ocurrió entre los alumnos que apoyaban más fervientemente la campaña de Rogelio, una vez más queda claro que lo importante no es la legalidad, ni la seriedad de un sistema de estudios, lo importante es la causa, el “arreglito”, la buena voluntad sin control alguno, aunque esta pueda tornarse en capacidades antidemocráticas y en prácticas antipedagógicas. En cuanto a la promesa del pase directo y universal a los alumnos de las preparatorias de la UAG, emulando así a las Vocacionales y Preparatorias del IPN y la UNAM, resulta irreal y burlesco el hecho de proponer con semejante facilidad una mecánica de admisiones incumplibles. A diferencia del IPN y la UNAM, la UAG no cuenta con la estructura suficiente para albergar a todos sus estudiantes de preparatoria, con todo lo que implica en cuanto a mecanismos de aceptación y la elección misma de carrera. Termina siendo pura demagogia y estrategia política y no académica, como debería ocurrir en una elección a Rector de la universidad de los guerrerenses.

Existían 3 panoramas probables si uno se proponía analizar las elecciones el 11 de marzo, día anterior a la elección universitaria. El primero pudo haber sido la derrota por un amplio margen, por unos cuatro o cinco mil votos como mínimo de diferencia. En ese caso el Dr. Ortega hubiera aceptado la derrota y esperaría quizás en un futuro una cuarta candidatura. El segundo es el que terminó por suceder, una derrota ajustada que será confirmada por la comisión electoral y el tribunal universitario para que el Dr. Villegas Arrizón rinda protesta como Rector de la Universidad Autónoma de Guerrero el 6 de abril. El 11 de marzo resultaba evidente para cualquier analista, observador o seguidor de la elección que ante un resultado adverso en las elecciones Rogelio y su grupo tomarían la estrategia de presionar más allá de la contienda, convocando, como lo han hecho incluso antes de saber resultado oficial del computo electoral, a movilizaciones, incitarán a la polarización y a la defensa de un triunfo que debe defender en las instituciones, no en las calles ni en planteles, emitirán un discurso incendiario que provocará un fuego fugaz que acabará quemando paulatinamente la fuerza electoral que llegó a convocar el Gran Frente Universitario junto con su líder, Rogelio Ortega. El tercer de los panoramas era una victoria de el Gran Frente Universitario, en cuyo caso el Dr. Ortega confirmaría en el discurso sus compromisos irrealizables como el pase irrestricto de preparatorias a licenciaturas, comenzaría una cacería de brujas de los miembros universitarios afines al rector o al candidato contrario para justificar su agresiva campaña de acusaciones a los responsables de la administración saliente, sean sus integrantes corruptos o no. Pero la UAG no está en Cuba, ni en Venezuela, ni tampoco es la misma UAG de los años sesenta y setenta, que en ocasiones Rogelio pareciera añorar tanto.

Descubriría que instituciones consolidadas como lo es la UAG no se pueden rehacer, mucho menos empezando de cero, ni tampoco se purifican, en todo caso se mejoran, descubriría que no es lo mismo ser líder desde la oposición que en el poder y lo complicado que resulta actuar de manera democrática y legal, sin la capacidad de maniobra metareglamentaria de la que gozaba en el IIEPA, encontraría que hay valladares dentro de la UAG que le impedirán de un “plumazo” realizar a voluntad esos cambios revolucionarios propuestos en campaña, descubrirá que cambios de fondo no caben en el periodo de cuatro años, y ante la visión tan utilitaria de las instituciones, esa que aborrece los límites reglamentarios o institucionales sobre las buenas intenciones, esa que Ortega ha ejercitado en el IIEPA, en su campaña, en su derrota, quizás propondría una reelección y generaría división incluso en grupos afines a su campaña inicial y con todo sobrevendría el incumplimiento de las altas y fantásticas expectativas y con ellas el decaimiento de la fe e ilusión que pudo haber sembrado durante su campaña y quizás hasta los primeros tiempos de su gestión y quedaría la Universidad de Guerrero en una parálisis durante su gestión, y la parálisis no solo sería académica, sino moral, económica y de crecimiento en todos los sentidos. Sin embargo, quedaría vivo el espíritu universitario, las ansias de democracia y de reformas acordes a nuestro tiempo y se aprendería que el pasado existe para aprender de él, no para emularlo, pero se entendería también que en el siglo XXI el tiempo es más que oro y estos aprendizajes habrían costado cuatro años, y hoy día cuatro años son una eternidad, y la UAG en el trance de los cuatro años de la experiencia rogeliana se habrían convertido para la universidad en años perdidos e irrecuperables.

Comentarios:

3 comentarios:

  1. Lamento que resulte muy complicado para tí poder quitarte la piel de las campañas y escribir de manera mas objetiva y en libertad sin tantas revolturas que me dan mas la percepción de una personal servil al patrón en turno, a modo de conclusión como vil mercenario, pudiera decirte al fín del PT, basta ver al triste Dip. Castellanos, pero tengo fé en que algún día despiertes y seas util a otras causas convirtiendote en una pluma constructiva y no sea tarde y se expresen así de tí "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí." Augusto Monterroso

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  2. CUANDO HE VISTO A LOS ALUMNOS DEL IIEPA-DE ROGELIO LUCHANDO AL LADO DEL PUEBLO CUANDO?
    NUNCA.
    LAS PALABRAS SON HUECAS CUANDO LOS HECHOS NO LAS DEMUESTRAN..
    LASTIMA DE DOCTORADO....DE ROGELIO...PEDIR LA INTERVENCION EXTERNA A LA UAG. ES DECIR VIOLACION DE LA AUTONOMIA UNIVERSITARIA. ESO NUNCA ESO JAMAS....PROF POLO CALDERON PREPA 27
    SALUDOS EMILIO LOS PERROS LADRAN...SON ANIMALES.

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  3. Yo soy un hombre convencido de que las ideas y el respeto a la hora debartirse son fundamentales para lograr acuerdos, mis respetos al Maestro Polo, solo te comentaria a ti Emilio que eres tan jovén como yo, que es un claro ejemplo a no seguir ha estado en el PRD, en PT y no se en las proximas elecciones hacia donde enfile, la estabilidad política en un Don de gente, y ademas el Profe es el enemigo público numero 1 en la conservación ambiental y de la imagen urbana de la ciudad, "ya deje de rayar la ciudad" deberiamos tener todos vocación turistica.. y por lo demás al ring de esas palabras ni subirse, digo hay niveles, jajaja..

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